21 junho 2010

Eso que llaman agonía

Eso que llaman agonía, dejar morir en el fuego, para qué sin que me lo escriba va a ocupar cuatro díaz que me lo diga, se va a las últimas rojas qué puedo confiar en el.., ...las últimas rojas serán siempre rojas pero adentro habrá otra cosa roja, en el mundo sereno a dejar aunque recuerdo, el gran relogio que desde o cuerpo por qué la vamos a hacer llorar antes de lo nada porque la verdad lo ha vaciado el mundo, pobre viejo, sin que me lo diga que no haya eso que llaman agonía, la verdad rojas verde o en su vestido com uvas em relevo e ponta de língua, pero que en el mundo vamos a hacer llorar un mundo viciado haciendo eco en el trabajo y se ocupe de quando escribo estas palabras aunque no te parece es lo único a pensar olvidar el dolor aparte. Basta hablarme.., y que me traigan un café quando lo pido mirando estas rojas verdes en terrible sentido en las últimas palabras, las últimas pastillas en que me queda un cuerpo de la verdad. En el trabajo es cierto que escribir me calma no que llaman agonía, que las mentiras de consultório coloreadas de amalgama como pastillas... por lo menos me dejaría comprender eso que llaman agonía, dejar a muerte en el momento siempre cierto a decir menos ha costado con la verdad, aunque parece un campo de rojas verdes desde esta errática memória elíptica. Escribir a saber me diverte imaginar por escrito este resto de fuerza con que puedo hablarle y devolverle eso que llaman agonía. Por escrito as cosas que solamente pensadas en una misma parten de ésas cosas que solamente imaginan sin hablar;,.. y devolverle el diário de imagens... le acepto ese beso un poquito húmedo que vielve una y otra vez aunque cada dia me canse más que me olviden y debo lastimarle la boca: eso que llaman agonía es mi mejor consuelo,.. Tiene el diário y se va a quedar todavia estas rojas volumétricas en su poema transparente o plástico. Palabras, palabras en palabras

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